En los pueblos asturianos desde simpre se han hecho “ferverichos” (infusiones) de anisinos para calmar el dolor de tripa de bebés y niños. En Cantabria se comen porque son buenos para la tripa.
A MI ME GUSTAN DESDE PEQUEÑA PORQUE HUELEN A ANÍS
Pero ahora de mayor sé que esas hierbas tan chulas con esas flores amarillas de tallos tan largos no son sólo anisinos sino que son hinojo salvaje. Ilustración del Tratado de plantas medicinales de Hermann Adolph Koehler, 1887.
Así que recupero la antigua tradición y os animo a qué recolectéis hinojo salvaje en verano, lo sequéis, lo guardéis en tarros de cristal para así tenerlo siempre a mano y haceros infusiones contra el dolor de estómago y atenuar los excesos gastronómicos.
Pero para los más excépticos deciros que el hinojo tiene un alto contenido de aceites esenciales, flavonoides y ácidos orgánicos, vitamina C, grasas, fibras, minerales (calcio, hierro, magnesio, etc) y aminoácidos y que ya se recogen en los antiguos tratados de botánica sus propiedades curativas para los dolores estomacales, diurético y favorecedor de las digestiones pesadas.
También podéis hacer deccociones de hinojo fresco o incluso comerlo directamente… pero eso ya queda a vuestra elección…
ANÉCTODA ADORABLE
Mientras recolectábamos el hinojo y hacíamos las fotos un pequeño petirrojo entró en la casa desorientado porque estaba aprendiendo a volar, lo recogimos, lo mimamos un poquito y lo soltamos para que continuara su aprendizaje.
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